Pues miren ustedes: a este señor sí que lo vería como candidato a ser leído en nuestras clases. Juan Marsé también fue uno de los renovadores de la novela en los años sesenta, pero sus tramas son mucho más cercanas y su complejidad se basa menos en los aspectos formales que en determinados usos de las técnicas narrativas y en la fuerza de los personajes. Y, por supuesto, en la crítica social y violencia que subyace en buena parte de su narrativa.
Nuevo Cervantes que hará que el Goytisolo de que hemos hablado deje de aparecer en los medios y que su puesto, multiplicado, lo ocupe el autor de las inolvidables peripecias de Pijoaparte and company en Últimas tardes con Teresa o de la tremenda Si te dicen que caí. Aunque después de Rabos de lagartija, una nostálgica y cruda rememoración de una infancia difícil, Lolita's Club dejó bastante indiferentes los ánimos críticos, lo cierto es que Marsé, no menos controvertido que su compatriota, es un justo merecedor de un galardón al conjunto de su obra.
Hablaremos también de él el próximo jueves, tanto de su obra como de su compleja personalidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Primavera de libros
La sesión del pasado jueves nos llevó, como en otras ocasiones, a un final abierto: dado que hemos visto que la novela de O’Callaghan evoluc...
-
Y mientras seguimos con nuestra Doris Lessing, se ha fallado el premio Herralde (Anagrama), que sigue su apuesta por los autores hispanoamer...
-
La clave de la novela son las técnicas empleadas: el propio Faulkner se peleó con el texto para tratar de encontrar las palabras exactas ree...
-
Aquí estamos de nuevo, tras un largo periodo de ¿vacaciones? Eso sí, con las fuerzas renovadas para afrontar la semana del libro (23 de abri...
No hay comentarios:
Publicar un comentario