De la cosecha del enésimo confinamiento, durante el cual las imprentas han seguido inundándonos de novedades, seleccionamos algunos frutos:
-Benjamin BLACK, Quirke en San Sebastián (Alfaguara). No diremos nada nuevo sobre esta novela, octava de la serie del detective de nuestro siempre admirado Benjamin Black, alias John Banville, salvo que el hecho de que la trama se desarrolle en San Sebastián le da un aire de cercanía y familiaridad que sin duda hará las delicias de quien la lea. -Estelle MONBRUN, La torre de Montaigne (Siruela). Aunque salimos de una lectura de enorme erudición y del país vecino, para quien quiera permanecer allí tiene una oportunidad con esta novela, aunque estilísticamente muy diferente. De hecho, nos encontramos ante una suerte de novela negra de tono académico, en la que una investigación criminal sirve como pretexto para conocer el entorno de Michel de Montaigne, el padre del ensayo moderno. Sin ser un hito literario, estos dos aspectos hacen la novela no solo recomendable, sino un buen modo de acceso a la figura de Monsieur de Montaigne.-Robert WALSER, Berlín y el artista (Siruela). De nuevo, la editorial de Jacobo Siruela nos ofrece una obra a propósito de uno de sus grandes valores: el suizo de lengua alemana Robert Walser. No es una nueva recuperación de una obra desconocida, sino textos de distintas obras iluminados por distintos artistas y que suponen un homenaje al gran autor de Jakob von Gunten. De hecho, no dejamos de tener presente esa novela para añadirla en cualquier momento a nuestras lecturas de club para conocer uno de los grandes escritores del siglo XX y un caso extraordinario de renuncia, pues no solo su estilo es de una exquisita depuración, sino que su vida fue haciéndose cada vez más recoleta y minúscula. Conocer tanto su vida como cualquiera de sus libros merece la pena.
-Dror MISHANI, Tres (Anagrama). La motivación de esta recomendación es que se trata de una novela negra israelí actual (lo que de por sí no dice demasiado ante el aluvión de novelas de este género) que le ha valido una comparación con Simenon y Patricia Highsmith (lo que ya nos alertaría si no abundasen este tipo de comparaciones en el mundo de las solapas y contraportadas), y cuyo eje lo vertebran las historias entrecruzadas de tres mujeres. Todo ello, aliñado con un estilo sencillo adecuado para una historia negra de tema contemporáneo, puede deparar un rato de entretenida lectura.
-Amor TOWLES, Normas de cortesía (Salamandra). En numerosas ocasiones se ha mencionado en nuestro club la novela Un caballero en Moscú, la agradabilísima historia del conde Rostov encerrado en el hotel Metropol y que reveló a un autor con un estilo elegante y amable más que recomendable. En esta ocasión, nos lleva de la mano a un Nueva York que sale de la crisis y donde Katey, la protagonista, empezará a conocer el ambiente de la crema de la ciudad en los años treinta tras un fortuito incidente. Reedición de una novela que apareció hace ya unos años y que nos permite seguir disfrutando de este escritor. -Wolf WONDRATSCHEK, Autorretrato con piano ruso (Anagrama). A falta de autores rusos, además de la arriba mencionada Un caballero en Moscú, tenemos ahora a nuestra disposición esta elegante novela que os desmenuzaré con más detalle en la próxima sesión, porque aún estoy decidiendo si su bondad es real (por la escritura, la trama, el personaje protagonista) o si es solo cosa mía, porque estamos ante una novela delicada y teñida de música y literatura, y ya sabéis que eso me puede. Hablamos de ella el jueves y de otras novedades.
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