18/6/21

Propuestas de verano

 Si se os hace largo el verano y queréis sentiros acompañados en una lectura común, al final han sido dos las propuestas adoptadas como "oficiales" (que, sin duda, serán solo una parte de vuestro bagaje estival):

1. Wilkie COLLINS, Armadale

Mujeres misteriosas, horribles secretos, lances inesperados,... Todo lo que se le puede pedir a una novela de intriga y emoción, con un tono victoriano por parte del padre de la novela policiaca. 

 

 

 

2. Leopoldo Alas, "CLARÍN",  La Regenta

Pues sí: nos hemos dejado llevar por la pasión y (re)leeremos la aventura de Ana, Víctor, Álvaro Mesía y don Fermín de Pas para decidir, de una vez por todas, si tiene algo que envidiar a doña Emma Bovary o a doña Ana Karénina. 

 

 

 

 

Mucho siglo XIX, pero sobre todo dos novelas maravillosas. Espero que os hagan pasar momentos placenteros. 


Claridad del día

 Y, para despedir el curso, un poema que nos mueve a mirar con esperanza el presente y el futuro. Muchas gracias a Mari Carmen por traérnoslo: 

  

Claridad del día

    
Te digo que ésta ha sido la primera
vez que amé. Si la tierra que ahora pisas
se hundiera con nosotros, si aquel río
que nos vigila detuviera el paso,
sabrías que es verdad, que te he buscado
desde niño en las piedras, en el agua
de aquella fuente de mi plaza. Tú,
tan flor, tan luz de primavera, dime,
dime que no es mentira este milagro,
la multiplicación de mi alegría,
los panes y los peces de tu pecho.
Contéstame. No quiero hablar yo solo,
estar -yo solo- alegre. Te amo. ¡Fuego,
la mañana hace fuego y nos golpea
los corazones! Levantémoslos
arriba, siempre arriba. Alguien nos lleva,
alguna mano pura nos empuja.
Aire en el aire, iremos a aquel monte.
Cristal en el cristal más limpio, un día
nos miraremos hasta emocionarnos.
Y ya lo estamos como nunca. Dame
la mano. Si me dices que eche al río
mis versos, yo los echaré, si quieres
que arranque aquella flor y te la traiga,
te la traeré. Pero anda, ven conmigo.
¿Ves un pinar allá a lo lejos? Vamos.
Ya todo es nuestro: el buen camino, el árbol,
la generosa claridad del día.

                                Carlos SAHAGÚN

Última parada: Budapest

De una forma casi traicionera, ha llegado el final de nuestro recorrido. Un año complicado, lleno de dudas, de periodos de reclusión, de miedos, pero en el que no han faltado los placeres que más de una tarde hemos disfrutado en nuestras sesiones, ni lecturas que hemos compartido con la habitual dosis de controversia. No en vano, damos sentido al término "crítica"al aportar nuestros juicios con total libertad y con la conciencia de que unos a otros nos enriquecemos de una manera excepcional, pues en cada valoración y comentario va un poquito de cada uno, lo que nos hace más grandes y más lectores. 

La última lectura, tras el parón de San Bernabé, quedó en el aire, pero no nos hemos podido resistir a hacer unos mínimos comentarios sobre la novela. Anna la dulce, para quienes aún no la hayáis leído, os deparará una vuelta a esos moldes de la literatura clásica, con un estilo a la vez sencillo y variado, con el que Kosztolányi consigue modular la intriga y hacernos valorar el interés y el foco de atención de cada lance de la novela. Sobre todo, os vais a encontrar con una novela donde, más allá de los personajes y de esa "bondad" de Anna, lo que se percibe es una crítica social al momento tan excepcional de Hungría tras la I Guerra Mundial y la imposición del bolchevismo, y una crítica no exenta de ironía sobre las clases sociales. Pocos se libran de ese retrato ácido y burlón de las distintas "castas", de esa burguesía y servidumbre en medio de la "camaradería" comunista. Los comentarios son agudos, las conversaciones ágiles y definitorias de las psicologías no solo de los personajes sino de sus grupos sociales y las convenciones que los rodean. Y el final... habréis de leerlo. 

En suma, una impresión muy positiva por parte de quienes han podido ya conocer esta novela, que nos descubre a otro de esos autores que pasan de tapadillo y que merecen una visita, como la Budapest que sirve de marco. 

En el tintero se nos ha quedado un pequeño recorrido por la novela húngara, que tiene algunas figuras más que recomendables: Magda Szabó, Peter Esterházy, Miklós Banffy, Gyula Kudry, Imré Kertesz, Agota Kristof, Peter Nadas, László Krasznahorkai o, por supuesto, Sándor Marai. Todos ellos tienen algunas novelas fenomenales, y os invito a que os paséis por ellas en algún momento. No obstante, guardaremos la presentación para una futura, ojalá próxima, ocasión. 

Pero las dos horas se nos han hecho cortas: mucha vida por comentar y un rico intercambio de experiencias. A todos los que, a lo largo de este año complicado, habéis accedido tan generosamente a participar en este juego, mil gracias. Nos vemos muy pronto.

3/6/21

Insolación en tiempos de lluvia

 Lo cierto es que está cayendo agua como si no hubiese un mañana, pero a nosotros nos toca la Insolación. Bueno, aunque la insolación de nuestra protagonista tiene mucho que ver con los líquidos... 

Mañana lo comprobaremos juntos (mil gracias, como siempre, por aceptar el cambio), pero para preparar el camino os dejo algunos apoyos que compartiremos: 

 
 
 

https://www.revistadelibros.com/discusion/una-cana-al-aire-como-semilla-literaria

 


 


2/6/21

Aviso - De jueves a viernes

Este fin de curso, al prolongarse a junio, está siendo especialmente complicado: actividades ineludibles nos obligan a flexibilizar nuestras sesiones, lo que espero no sea un motivo de incomodidad. Así, nos vemos obligados a pasar la sesión del próximo jueves 3 al viernes 4 a la misma hora y en el mismo lugar que siempre. Espero que leáis esto, aunque trataré de que os llegue a través de los whastapps. Gracias por vuestra comprensión.

Las recomendaciones de la semana

Como siempre, cumplimos el ritual de informar de algunas novedades para estar al día de lo que se cuece en las cocinas editoriales: 

-Pedro SIMÓN, Los ingratos (Espasa). Una crónica tan del gusto actual en que se mezcla una mirada nostálgica al pasado y un regreso a los espacios y costumbres que permanecen en la memoria. El premio Primavera de Espasa confirma una tendencia más que presente en la novela actual española. 

-Esta semana hemos aludido a dos novelas que muestran la presencia de la temática homosexual: el clásico Reflejos en un ojo dorado de Carson McCullers (Austral), y el último libro del autor de El niño con el pijama de rayas, John Boyne, titulado Las furias invisibles (Salamandra). Pero más allá de la temática, nos encontramos ante libros con diferente interés literario: principalmente el primero, un verdadero clásico de la literatura americana de mediados del siglo XX, nos confirma que no solo importa el tema, sino también la capacidad para construir un mundo, unos personajes intensos y una historia perdurable. De hecho, existe una adaptación cinematográfica de John Houston con Elizabeth Taylor y Marlon Brando. Ahí es nada. 

-Lorenzo SILVA, Castellano (Destino). Si 1521 es el año del aniversario de Logroño, ahora que viene San Bernabé con sus 500 años de resistencia ante los franceses, ese es el año de esta historia de Lorenzo Silva, escrita con su acostumbrada frescura, para acercarnos al conflicto de los Comuneros de Castilla con el rey Carlos I. Una manera ágil de recordar la historia, no siempre bien tratada por la memoria...

-Y cerramos con dos clásicos de nuestra narrativa reciente: Javier MARÍAS, quien con su atípica y muy íntima Negra espalda del tiempo entra de lleno en el catálogo de Cátedra, lo que lo confirma como un autor de referencia; y Vicente MOLINA FOIX, nuestro viejo conocido autor de la admirada El abrecartas, quien se regala ahora un divertimento al calor de la omnipresencia de la gastronomía: Las hermanas Gourmet (Anagrama).


Anomalía

Una nueva sesión en que ha quedado clara la capacidad de apertura en las lecturas que realizamos. Lo que no deja de ser una obra con un gran componente de fantasía y de ruptura con la convención se ha mostrado como una obra capaz de suscitarnos múltiples perspectivas de análisis. Y esto es así porque realmente estamos ante un autor con un ingenio parejo a su caudal de fuentes literarias -que son infinitas, aunque solo mencionamos alguna: la deuda con Queneau, las citas de clásicos como Tolstoi, etc.-. Le Tellier ha construido una novela de novelas, cada una de ellas con unos giros y estrategias propios de los distintos subgéneros que, más que parodiar, remeda y consigue replicar con enorme acierto. Incluso, está la parodia de sí mismo y del mundo literario, que ha recibido esta novela con cierta sorpresa.

Cada historia la leemos con la intensidad de una novela íntegra, a pesar de que siempre las concluye con algún toque desasosegante o de suspensión que nos deja con la curiosidad y nos invita a seguir leyendo. De hecho, hemos valorado algunas de ellas, más divertidas, más impactantes, y todas juntas constituyen una taracea que refleja nuestro mundo. Hemos dejado a un lado, pues, nuestra habitual exigencia por la construcción detallada de personajes y ambientes y hemos aceptado de buen grado esas pinceladas que consiguen aportar la dosis necesaria para entrar en el pacto ficcional con el autor.

A ello cabe añadir las densas y sugerentes parcelas dedicadas a la reflexión sobre la religión, la ciencia, etc. Aspectos como el del doble y su conexión con algo tan real como la clonación nos demuestran que temas aparentemente irreales se cargan de sentido, a veces provocándonos cierta inquietud.  La ciencia, la religión, etc. son entramados sobre los que debemos reflexionar más en ese universo fugaz que es la vida cotidiana que nos rodea. Quizá los datos que aporta el autor resulten apabullantes por su densidad, pero al mismo tiempo aportan ese sustento al despliegue de ficción.

Al final, lo que menos nos importa es la estructura, tan oulipiana, de pura polifonía narrativa (o de "escubidú", el juego de trenzas), pues el entramado es sutil y las historias interesantes: cuando al juego lo acompaña la literatura, este cobra todo el sentido. 

Una excelente novela que nos ha hecho salirnos de nuestro mundo habitual y, por qué no, nos ha dado ese respiro que tanto necesitábamos. 


Primavera de libros

La sesión del pasado jueves nos llevó, como en otras ocasiones, a un final abierto: dado que hemos visto que la novela de O’Callaghan evoluc...