“El Danubio azul” siempre empieza en falso: suena el primer compás y se interrumpe solo para dar paso a los aplausos, a la felicitación y a los buenos deseos de la orquesta; luego, con más intensidad si cabe, vuelve a sonar la música.
Mañana, nosotros daremos ese aplauso y pararemos las clases. No podemos evitarlo. Pero, durante los días que dure la espera, seguiremos en contacto a través del whatsapp (que tan bien y tan amablemente lleva al día Elena, y al que sé que todos aportáis y enriquecéis permanentemente) y de este humilde blog para dar cuenta de las lecturas que seguiremos haciendo para que, a finales de febrero, podamos retomar nuestra melodía y siga adelante la lectura.
Siempre con ánimo y conectados por la literatura.
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