El balance de la primera novela de Elena Medel ha sido, en
general, bastante positivo, porque nos ha permitido hacer una revisión crítica
de algunos aspectos sociales (además del rol de la mujer, el condicionante del
dinero, la alienación, la natalidad y su control, el concepto de maternidad, el
éxodo rural a la ciudad incluso en nuestros días y, sobre todo, los cambios
generacionales ante todo ello), pero también de algunos aspectos estilísticos
(los detalles en la configuración psicológica de las protagonistas, la
pertinencia de los aspecto más sórdidos o escatológicos, el tono poético de
algunos pasajes, los paralelismos en la construcción de la saga familiar…).
Incluso, hemos podido atisbar que hay mucho de la propia autora escondido en
sus protagonistas, especialmente en Alicia. Como siempre, lo más rico de la
sesión fue la capacidad de aportar pequeños detalles de la trama (el instituto,
un cambio de pañales, etc.) en los que percibimos subjetivamente las bondades y
carencias de la novela que quedan contrastados con los distintos pareceres.
Todo ello nos proporcionó una provechosa sesión, con no pocas discrepancias, de
la que nos “echaron” por extendernos demasiado y que, sin embargo, supo a poco.
Para completar la lectura a quienes no pudisteis acudir,
aportamos dos poemas de la autora, pues es esta la faceta que la ha convertido
en quien es en el panorama de las letras. Uno, de su primer poemario,
publicado cuando solo contaba quince años:
MI PRIMER BIKINI
Sólo yo sé cuándo sobrevivimos.
Lo sé
porque mis dedos
se
transforman en lápices de colores.
Lo sé
porque con ellos
dibujo
en las paredes de tu casa
mujeres
con rostro de epitafio.
Porque,
a la caricia de la punta,
comienza
el derrame de los cimientos
formando
arco iris en la noche.
Porque,
al escribir testamentos
en el
suelo, se remueven las vísceras
de
azúcar, y trepan tus raíces.
Grabo
versos de colores fríos
en tu
piel, de arquitrabe a basa,
y les
llueve y los diluye, y compruebo
que
la lluvia suena como hacen al caer
las
canicas brillantes y naranjas
que
cambiaba en el patio del recreo,
poco
antes de calzar mi primer bikini.
Hoy
guardo las canicas, como un apagado
tesoro,
en los huecos de otras espaldas.
Pinto
también en la terraza de enfrente
un
jardín de lápidas cálidas y hermosas.
Trazo
como una medusa de bronce,
un
paraíso de cadenas hendiendo en mantillo
el
valle diminuto que proclama que es frágil
y sin
embargo, dirás tú, sobrevive.
(De Mi primer bikini)
Otro, de su libro Chatterton
(2014), donde percibimos su cercanía con Las
maravillas:
LOS MORTALES SE NUTREN DE TRABAJO Y SALARIO
(Friedrich Hölderlin)
Es miércoles. Es noviembre. Hace
frío,
y en el restaurante frente a la estación
cinco mujeres rápidas apuran sus bandejas.
Bajo el abrigo, la maleta ‒las otras dos
protegen el respaldo‒, cuatro mujeres
en orden
a las cuatro de la tarde
disuelven su consuelo en el café de un euro.
Comida rápida,
paño de las mujeres solas.
Oh pollo deconstruido, oh pan de Latinoamérica;
oh almuerzo y microondas, manás de los autónomos,
himno de los estómagos vacíos; ahora pienso
en nuestras digestiones. Pienso en la hipermetropía:
en quién ser y hacia dónde
nos dirigen las mujeres. Pienso:
madre,
luna rota de arlequín.
Mis tres horas de sueño acodadas en la ventanilla,
la bandeja de plástico, la merienda barata
‒dos mujeres impacientes a las
cuatro y media de la tarde‒ porque yo
no guardo los domingos. De repente, a la altura
de Parla, a una yema de dedo,
(Madrid,
Puerta de Atocha)
llega el canto a nosotros, los viajeros, tren de alta
velocidad,
y el punto que es Parla, o que más bien representa en la mente del infógrafo
‒azul, redondo‒ Parla, suena a la voz de una mujer a las cinco de la tarde,
realidad al margen de estos dos bocados y
de repente
el paisaje en tránsito con el que soñaron los estetas:
un cielo puro verde
y un suelo puro azul.
Hasta aquí
de cómo las mortales
quedaron por escrito.
He corregido este poema
cuando nada sobre lo que hablaba
existía ya. He corregido este poema
en autobuses baratos;
he corregido en el lugar en el que corregía
hace diez años.
Es noviembre. Es miércoles. Al menos
todo en orden: hace
frío.
Finalmente, como no nos dio tiempo a verlo, os incluyo aquí
el enlace a un pequeño vídeo donde la autora habla a propósito de la novela.
https://www.youtube.com/watch?v=dB0fA8ViGhk