SALON PERFUMADO POR TORINO
Hace años en Logroño había varios cines. Me apetece recordar sus nombres: Diana, Avenida, Moderno, Olimpia, Frontón, Alhambra, Atenea, Bretón, Sahor y Dúplex.Sin olvidar los domingueros: Maristas, Escolapios y Padre Marín, donde, por cincuenta céntimos nos “echaban” unas rancias películas en las que una misteriosa mano impedía ver los besos y demás escenas, que llamaban escabrosas. Entonces empezaban los chiflidos y pataleos, hasta que el cura encendía las luces y daba por terminada la sesión. Así era todas las tardes de domingo.
Guardo en mi memoria aquellas películas matinales de los domingos. Por una peseta, una de indios y vaqueros, salíamos tan contentos. A la tarde, otra vez al cine,según la película, escogíamos colegio. Y del cine a casa. Eran otros tiempos.
Después, un poco más mayores, recuerdo con nostalgia el paseo por Portales,para ver, además de las chicas, las carteleras expuestas en los soportales. Guiados por sus fotogramas decidíamos que películas íbamos a ver y en qué cine (hoy decimos sala). Nos guiábamos por las fotos de las chicas más guapas y ligeras de ropa. Normalmente no acertábamos.
Como el presupuesto no alcanzaba para más, sacábamos entrada de gallinero y poníamos a los de butaca perdidos de cáscaras de pipas. Por eso, y por hacer el gamberro, casi siempre nos echaban. Cuando esto no pasaba y, sobre todo cuando llovía, nos quedábamos hasta la noche. Era sesión continua y programa doble.
Entonces se clasificaban así: uno (todos los públicos), dos (jóvenes), tres (mayores de 18 años), tres R (mayores con reparos) y cuatro R (extremadamente peligrosa), éstas exigían confesión. Qué mentes más retorcidas las de entonces.
Casi siempre nos decidíamos por las que parecían más verdes. Pocas veces conseguíamos pasar. Había que enseñar el carné. Otra vez a la fila, a ver si pillábamos despistado al portero, que nos tenía fichados.
Hoy se han desplazado a los extrarradios y los llaman multicines; con la tecnología más avanzada, muy cómodos. Pero no es lo mismo.
En fin, me quedo con aquellas películas que anunciaban a todo bombo: “Color por tecnicolor”, o algo así.
Carlos, diciembre2013
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