31/10/08

Tony Hillerman

Ha dejado colgada Inma una nueva información en los comentarios de Machado de Assis, pero como ya hemos acabado -por ahora- con él, os la pongo en una nueva entrada para que no se os escape:

Buenos días a todos.

El nombre del escritor del que hablamos ayer a última hora es TONY HILLERMAN.

He intentado poner aquí el enlace a la necrológica del mundo que me lo dio a conocer, pero no se puede.Os transcribo algo de lo que he encontrado sobre él:


"Para la posteridad, el autor de obras como 'The Blessing Way' o 'Skinwalkers' ha regalado a dos personajes icónicos: los policías navajos Joe Leaphorn y Jim Chee. El primero, aunque entendía y respetaba las creencias de su pueblo, no dejaba de mostrarse escéptico ante lo que consideraba supersticiones. Chee, sin embargo, interpretaba la magia y la brujería en un sentido metafórico, tratando de aplicar las enseñanzas de la tradición en la investigación de los crímenes que debía resolver.A través de estos improbables héroes, las novelas de Hillerman describían la pugna intemporal entre las tradiciones antiguas y el mundo moderno. El contraste entre sus particulares visiones y maneras de entender el mundo era la clave para desentrañar incógnitas y resolver casos. ¿El propósito? Transmitir al lector el respeto por la civilización india: "Siempre me ha afligido que la gente de EEUU ignore por completo la rica cultura india", comentaba Hillerman en una entrevista en 'Publishers Weekly', "creo que es importante mostrar que ciertos aspectos de las viejas costumbres indias mantienen su vigencia actualmente y están íntimamente ligadas con nuestras propias tradiciones".

¿A que resulta atractivo?

Nota: Como yo sí que puedo colgarlo, tenéis aquí ese enlace:

Puede ser una buena idea localizar algo sobre este escritor, pues tras El callejón de los milagros de Mahfuz dejaremos aparcado el mundo árabe, y el americano ya ha sido propuesto -Nieves dixit- como un buen y oxigenante cambio. Suscribo.

Mahfuz

Aunque ya todos lo sabéis, la próxima lectura de nuestro club es un candidato que ha esperado durante mucho tiempo su turno pese a las múltiples ocasiones en que ha sido sugerido: El callejón de los milagros de Naguib Mahfuz. Lo tenéis disponible en Booket, la colección de libros de bolsillo, y en otras ediciones, algunas de ellas aún asequibles.

Para ir abriendo boca, os adjunto una colección de frases que han colgado en una comunidad virtual, http://aquileana.wordpress.com/2008/03/01/naguib-mahfuz-el-callejon-de-los-milagros/.


Frases de “El Callejón de los Milagros”:
… “En el fondo del callejón los dos inmuebles habían cerrado los postigos para protegerse del fresco del anochecer.. Todo esto con la antigüedad neta, en un estado de ruina y decadencia y con fuertes efluvios de medicinas y drogas de otras épocas, que, al paso del tiempo, se van sustituyendo por los del presente y por los del futuro”.
“Durante el primer tercio del día, el callejón permanece sumido en la sombra y es frío y húmedo. El sol no penetra en él hasta que no llega el cenit y logra spuperar, al mediodía, la barrera que lo cubre. Sin embargo, amanece temprano y el bullicio matinal invade hasta los más recónditos rincones”.
“Tal vez el pudor la había impulsado a cortar sus efusiones y a escapar”.
“Sé escoger lo bueno para los buenos. Conozco lo que vale cada persona”.
“Su Amor no significa esclavitud, ni sometimiento, es un combate cuyo ardor quema, echando chispas”.
“Nadie te puede obligar a nada, la que decides eres tú. Mi deber es presentarte los hechos para que puedas escoger”.
“Quería el Amor mismo. El hombre, cuando pierde el núcleo esplendoroso del Amor, no imagina que volverá a encontrarlo otra vez”.
“Comprendió que debía abandonar inmediatamente la casa, pues fuera escaparía del infierno de los pensamientos… El aire de la calle le quemó la cara. Se puso acaminar, respirando con dificultad, a la vez que se decía que iba a matarlo. Sería una manera de consolarse, si no tuviera que pagarlo con su propia vida”.
“Era el hombre más esperanzado, incluso se entregó a las ilusiones, preparando el siguiente encuentro”.
“Somos criaturas de Dios y a Él hemos de volver”.
“Es la voluntad de Dios. ¿No están todas las cosas en sus manos?”.
“Hombre decimos porque olvida, y corazón decimos porque cambia”
“Que el que muera de Amor, muera de Tristeza. De nada sirve amar sin morir. Tendré paciencia mientras viva, puesto que todas las cosas tienen un fin”.
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24/10/08

Machado de Assis

Me van a echar del trabajo por dedicarme a hacer estas cosas, pero si no, no sé cuándo voy a poder. Aquí os dejo el enlace prometido a la novela (o relato, más bien) de Machado de Assis.



Como es muy cortito, os pido que si podéis leer alguna otra cosa de este autor, sería fenomenal para poder comparar sus distintos registros. Además, ya sabéis que me encantaría oír vuestras críticas de todo lo que pase por vuestras manos (o por vuestros ojos) y que queráis llevar el jueves.

Ánimo a todos.

17/10/08

Noticias breves

A pesar de que nuestra clase no era el lugar más adecuado para ver el vídeo de nuestra querida Najat el Hachmi, no me resisto a incluiros el enlace de la entrevista que podéis ver quienes entendáis catalán:
http://www.vilaweb.tv/?video=5156

Acaba de salir, ahora mismito, en el blog de "EL Boomeran(g)" el enlace a la entrevista que le realizaron a esta escritora para el programa "Cara a Cara". El enlace es:
http://www.elboomeran.com/video/106/natjat-el-hachmi/

Además, os apunto dos cosillas de que nos informa Esperanza: la primera, de la coincidencia del nombre propio entre el protagonista de El último patriarca y el de la primera novela de Rafael Chirbes, recientemente reeditada por Anagrama, Mimoun, si bien en la novela de Chirbes es el nombre de la localidad marroquí a la que acude un profesor español a dar clases. La verdad es que es una buena novela de un escritor cuyos méritos ya hemos comentado en clase.

La segunda, es la recomendación que hace Andrés Amorós (sabéis que seguimos el criterio de ciertos críticos, bien para aceptarlos y aprender a valorar los matices que apuntan, bien para repudiarlos y desprendernos de ellos con cajas destempladas). Se trata de El regreso del soldado, de Rebecca West, un clásico breve escrito por esta autora, a la sazón esposa del inconmensurable H.G.Wells, y que acaban de reeditar en Herce. A partir de ahora, queda nombrada (o "nominada", si os gusta más) candidata para nuestro club dentro de la categoría de clásicos.

13/10/08

El último patriarca

Imperdonable no haber revisado antes el número de Qué leer de este mes para haber visto la amplia entrevista (que el jueves os pasaré) a la autora de El último patriarca, la novela propuesta para la lectura común. Esta próxima sesión terminaremos con una síntesis de Camilleri, y empezaremos con el libro de la señorita Najat el Hachmi, publicado por Planeta en castellano, que nos deberá de durar esta semana y la siguiente como poco, dada su extensión (más de 350 páginas, aunque de ágil lectura). Así pues, no os agobiéis con ella, y vamos a tratar de disfrutarla en pequeñas dosis para que no nos pille el "estrés" desde el principio...

5/10/08

¡Empezamos!

Hemos empezado fuerte. Sin solución de continuidad, como dicen los entendidos. Así que, sin demora, nos hemos puesto manos a la obra y ya hemos seleccionado una primera lectura para abrir boca.
Como acostumbramos para el inicio de curso, se trata de una novedad editorial (ya sabéis, no más de un mes o mes y poco desde que apareció en librerías), de una extensión razonable y que nos dé pie a comentarios que nos ayuden a perfilar las sucesivas. En esta ocasión, esa función la cumple el veterano Andrea Camilleri con una novela que se aleja del registro que le ha dado proyección universal, el de la novela negra a través de su personaje Montalbano. Se trata de El beso de la sirena, y la podéis encontrar en la editorial Destino.
A sus ochenta y tres años, Camilleri está de moda, y para octubre y noviembre se prevén nuevos lanzamientos en español de sus últimos trabajos, incluido el que le ha supuesto el II Premio Internacional RBA de Novela Negra este mismo mes de septiembre. Además, sigue en librerías su estupenda narración La pensión Eva.
Nuestros comentarios el jueves nos servirán no sólo para valorar la bondad de la novela escogida, sino para apreciar cómo un autor como Camilleri puede llegar a convertirse en un referente indiscutible de la novela y cómo puede afectar a quienes aprecian más su faceta de narrador de historias de crímenes e investigaciones detectivescas la lectura de un texto tan alejado (o no) de aquellos.
Para quien no haya podido aún adquirirla, os adjunto un aperitivo en forma de comienzo de la novela:

“Gnazio Manisco reapareció en Vigàta el 3 de enero de 1895, a los cuarenta y cinco años, y en el pueblo ya nadie sabía quién era, ni él conocía a nadie, tras veinticinco años en América.
Hasta que tenía casi veinte años había trabajado como temporero, y se había desplazado con su madre y una caterva de braceros, de campo en campo, donde ora había que hacer la escamonda de los árboles, ora recoger almendras u olivas, habas o guisantes, ora tomar parte en la vendimia.
De su padre no sabía nada de nada, salvo que se llamaba Cola, que se había ido a América cuando él aún estaba en la barriga de su madre, y que ya no había vuelto a dar señales de vida, ni buenas ni malas. Entonces su madre había vendido la casa en la que vivían en el pueblo, de una sola habitación -total, los braceros no necesitan techo, duermen al raso, bajo las estrellas, y, si llueve, se refugian debajo de los árboles-, y se había metido el dinero en un pañuelo apretado en la pechera. Al final de cada semana, sacaba el pañuelo y guardaba el dinero de la paga que había conseguido economizar.
La cuadrilla de braceros a la que pertenecían Gnazio y su madre, porque Gnazio había empezado a trabajar a los cinco años por un cuarto de paga, estaba al mando del tío Japico Prestia, que los llamaba a todos "piojos". A los siete años, al oír que lo llamaban "piojo", Gnazio se enfadó.
-Usted, señor Japico, debe llamarme Gnazio, yo no soy un piojo.
-¿Te ofendes porque te llamo así?
-Sí.
-Te equivocas. Esta tarde te lo explicaré.
Cuando tenía ganas, el tío Japico, una vez terminado el trabajo y antes de que anocheciera, se ponía a contar historias y todos se reunían para escucharlo. Por eso aquella tarde contó la historia de Noé y el piojo.
-Cuando el Señor Dios se cansó de los hombres, que se hacían siempre la guerra y se mataban sin cesar, decidió borrarlos de la faz de la Tierra con el diluvio universal. Y de esa extinción habló con Noé, que era el único hombre honesto y bueno que había. Pero Noé le hizo notar que, junto con los hombres, morirían también todas las bestias, que no tenían la culpa del desdén del Señor. Entonces el Señor le dijo que fabricara una barca de madera, llamada arca, y que hiciera entrar en ella una pareja, un macho y una hembra, de todos los animales. Así, el arca flotaría y después, pasado el diluvio, los animales habrían podido procrear. Noé también obtuvo permiso para llevar en el arca a su mujer y a sus tres hijos, y luego preguntó al Señor cómo conseguiría advertir a todos los animales del mundo. El Señor le dijo que ya lo pensaría él. En resumen, para hacerlo breve, cuando todos los animales entraron, empezó el diluvio. Tres días después, una noche, mientras todos dormían, Noé oyó una vocecita en su oído:
»-¡Patriarca Noé! ¡Patriarca Noé!
»-¿Quién es?
»-Somos dos piojos, marido y mujer.
»-¿Piojos? -¿y qué eran? Noé nunca los había oído nombrar-. Y ¿dónde estáis, que no os veo?
»-En tu cabeza, en medio de tu pelo.
»-Y ¿qué hacéis?
»-Patriarca, el Señor Dios se olvidó de advertirnos del diluvio. Pero nosotros nos enteramos y trepamos a ti.
»-¿Y de qué vivís, piojos?
»-Vivimos de la suciedad que hay en la cabeza del hombre.
»-¡Podéis moriros de hambre! ¡Yo me lavo el pelo todos los días!
»-¡Ah, no, patriarca! ¡Te comprometiste a salvar a todos los animales! ¡Nosotros tenemos tanto derecho a alimentarnos como las demás bestias! ¡Por tanto, desde ahora y mientras dure el diluvio, no debes lavarte!
»¿Y sabéis por qué, muchachos, el Señor Dios se había olvidado de advertir a los piojos? Porque los piojos son como los temporeros, que hasta Dios se olvida de que existen.
Cuando oyó el cuento del tío Japico, Gnazio juró que en cuanto pudiera cambiaría de oficio.
Tenía diecinueve años cuando su madre murió porque nadie le hizo caso cuando le picó una víbora. En el pañuelo en que su madre tenía los ahorros encontró más dinero del que se esperaba y entonces decidió partir él también a América.

Primavera de libros

La sesión del pasado jueves nos llevó, como en otras ocasiones, a un final abierto: dado que hemos visto que la novela de O’Callaghan evoluc...