19/1/22

Frío nórdico

El año ha comenzado, deseamos que con bien y alegría para todos, pero, como corresponde –pese a los cambios climáticos-, con frío. Y en nuestras lecturas no podía ser menos, sobre todo si se nos ocurre hacer incursiones por las gélidas tierras escandinavas. Así nos ha dejado Los inquietos, fríos, por más que el título nos invitase a convivir con una pareja tan insólita y extraordinariamente genial como la de los Bergman-Ullmann. Ciertamente lo es, pero, o bien nos hemos dejado llevar por esa búsqueda de lo excepcional en las vivencias que relata la “novela” (la lectura sensacionalista sobre la que se nos advertía en la entrevista de Página 2), o bien no hemos conectado adecuadamente con el estilo entre lírico y sentimental de la autora, cuya competencia es innegable y que ya nos conquistó en Antes de que te duermas. En suma, la lectura de esta obra se ha convertido en una de las más unánimes a la hora de provocar indiferencia y frialdad de acogida, lo que no deja de ser interesante también cuando entramos a valorar las razones.

Los inquietos nos ha regalado la oportunidad de visitar nuestra poco frecuentada literatura escandinava y de recuperar en nuestras amenas charlas (en esta sesión, tan ricas y jugosas como siempre) la trayectoria de grandes figuras del cine, del arte y de la literatura, amén de una interesante reflexión sobre lo que confiere a una lectura la capacidad de emocionarnos y de disfrutar de ella. Por eso, gracias, señora Ullmann.

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