Tanto va el cántaro a la fuente... que acaba cayendo en nuestras manos. Tanto hemos hablado de nuestro querido Dostoievski, que su doscientos aniversario de nacimiento, celebrado este mes, ha sido el detonante definitivo para decidirnos a leerlo.
En concreto, hemos optado por el Dostoievski más joven, más luminoso: el de Noches blancas. Además, esta obra, breve e intensa, ha sido recientemente elogiada por algunos críticos y propuesta como modo óptimo de acceso al escritor ruso (Ver vídeo).
Además, tendremos la oportunidad de comparar la novela con la adaptación de Luchino Visconti, tan clásica como la propia novela.
Esperemos que sea un buen modo de conmemorar no solo una efeméride, sino la buena literatura.