Después del buen sabor de boca que nos dejaron las lecturas del último día (con esa sonrisa, además, que nos regaló Maria José), hacemos una pausa para disfrutar de las delicias navideñas, físicas y espirituales, que deseo os llenen de todo lo mejor. A la vuelta, hemos dejado castigado a un chico rebelde, Holden Cauldfield, al que le enderezaremos con los nuevos ánimos del 2016. Y, por supuesto, ojalá que tengáis un poquito de tiempo estos días para leer o para actividades al menos igual de placenteras.
¡Felices días!
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