Aunque este Blog cada vez parece más un producto de la época electoral que vivimos -sólo se hacen nuevas tareas a última hora-, sí que puede ser interesante abrir una pequeña puerta, como hemos hecho al tratar algunas etapas o tendencias literarias, a la literatura rusa. La lectura de la novela de Ludmila Ulitskaya es una excusa perfecta para comprobar que existe la literatura rusa más allá de los grandes santones del realismo -eso sí, leer a Gogol, Dostoievski o a Tolstoi, siempre es una experiencia fascinante: ¿quién no se ha emocionado con las peripecias del pobre Raskólnikov de Crimen y castigo? ¿Quién no ha vivido la tragedia de Anna Karenina como la de un familiar?
Sin ánimo de aburriros con otra farragosa lista de nombres, sí que os propongo alguna lectura que va más allá de esa época: una gran literatura que surge durante el siglo XX, pese al férreo control político y que, una vez arrumbada la censura, se abre buscando la senda de la literatura occidental:
Mijail Bulgákov, El maestro y Margarita
M. Agueiev: Novela con cocaína
Vladimir Feroseyev: Bella de Moscú
Borís Pilniak, El año desnudo
Nina Berberova: La pianista
Ilf & Petrov: Las doce sillas
Anatoli RIBAKOV, Los hijos de Arbat
Venedikt Erofeiev, Tren de Moscú a Petushki
Víctor Pelevin, La vida de los insectos
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